Tuesday, November 14, 2006

14 de noviembre

Vulnerables

Algunos amigos podrán decir, del otro lado del charco, que al escribir tengo reminiscencias, además de mi buenos aires querido, de una serie de televisión argentina inmejorable.
Pero no. Bueno, sí y no. Me acuerdo de buenos aires, y de la serie. Casi cotidianamente de los primeros, y a ratos de la segunda.

Vulnerables somos todos.
Lo veíamos en la serie. Lo veo y lo vivo a diario.

Para los que aún no lo saben, trabajo en un hospital.
No soy médico ni enfermera. Aunque alguna vez me autodefiní como persona que sentía que quería ayudar a la gente, y que bajo esa premisa bien podría hacer sido enfermera.
Pero no, estudié empresariales, me formé en temas de organización y un día, casi sin querer, me convertí en consultora. Y mi misión pasó a ser ayudar a la gente.
Hoy en el área de organización de los servicios generales.

Por qué lo de vulnerables?
No se si es porque trabajo en un hospital que los que me rodean, de alguna manera, están más familiarizados con eso que soberbiamente, casi sin pensar, llamamos Vida. O incluso Muerte.
Personalmente, cada vez más, creo que el umbral que separa a una de la otra es más débil de lo que en algún momento podamos pensar, si es que alguna vez pensamos en eso cuando salimos del hospital.

A lo mejor, incluso por un rato queramos creer que estamos inmunes, precisamente por trabajar en un hospital. Con enfermos, y que los enfermos son siempre los otros.
Algunos no trabajamos directamente en contacto con los enfermos. Mejor dicho, pacientes. Algunos lo hacemos indirectamente, pero si repercute positivamente en ellos, nuestros servicios, que son generales, entonces han valido la pena.

El viernes fue a pedirle un favor a un compañero a otra área.
Y de paso le di un beso, agradeciéndole un favor que le hizo a una amiga que vive en Madrid pero que alguna vez fue paciente en este hospital, cerca del mar. Y del sol.
Él pudo devolverle a mi amiga, a través mío, unos papeles muy preciados para ella. Se los había dejado por error hace años. Y él es el responsable de esa área, además de médico de urgencias.

Tuvimos, por casualidad, una charla interesante.
Me habló de sus tres hijos naturales, de la hija de su pareja actual, de su ex mujer, de su mujer actual. De la energía de los niños cuando tienen 3 años. De la incomodidad de vivir lejos del trabajo, y tener que manejar ida y vuelta todos los días. De mudarse, de los cambios, de cómo se le festejan los cumples a los niños de 3 – estoy un poco preocupada por el cumple de mi hija – en su salita del cole, con caramelos y que seguro que eso representa el mejor cumple del mundo.

Me llevé el favor, que era una receta médica para poder comprar un medicamento carísimo para mi bronquitis, a un precio más asequible con el descuento del seguro social. Le di las gracias, le deseé buen finde y le dije algo así como“no te molesto más, te dejo trabajar. Yo haré lo mismo”.

Ayer falté. Porque tengo bronquitis. Y como cada año, los viruses de noviembre y /o diciembre nunca me perdonan.

Hoy volví a trabajar. Y a verle, por una nueva receta.
Entré directamente a su despacho, pero no estaba.
Todo estaba ordenado, sin papeles desalineados. Toda la colección de fotos en su lugar.

Alguien entró a preguntarme si necesitaba algo urgente.
No, busco a mi compañero. Para una receta, respondí.

Se extrañaron al verme por ahí, y una persona de su equipo me comentó que estaba malo. Y que por varias semanas no lo vería por allí.
Sólo eso.

No pregunté más. Pero me quedé preocupada.
Volví a mi despacho y al entrar con esa típica cara de preocupación, pregunté si por casualidad, alguien sabía algo de este compañero. Algo me sonaba raro.

Me respondieron que ayer tuvo un fuerte dolor de cabeza mientras trabajada. Que le hicieron un TAC, y que se lo llevaron a otro hospital.
En pocos días le van a operar de un pequeño derrame cerebral.

Ya se que esta noche tengo que incluirlo en mis rezos “ a mi manera”. Para que salga todo bien.
Sabés? Va a ser así, entre otras cosas porque el invierno es largo, acaba de empezar, y tengo que ir muchas veces a molestarte al despacho para pedirte recetas ; - )
Ah! No quiero que se me olvide! Gracias por la charla del viernes pasado.

Monday, November 13, 2006

13 de noviembre

Thank you, very much


No somos americanas.
Bueno, no del norte. Sí del sur. Pero en realidad, yo sola. Ella es europea.

Independientemente de si pertenecemos o no a ese gran continente (norte, centro y sur quiero decir) una promesa es una promesa. Y si se hace es para cumplirla.

Hace tiempo le prometí a mi hija, cuando veíamos animadas una creación de Disney creo, que festejaríamos el día de acción de gracias.
Porque gracias al dvd de Winnie the Pooh hemos aprendido que siempre existe algún motivo para dar las gracias.
Uno fundamental es el de contar con buenos amigos.

Hemos comprado una torta, galletas saladas con forma de pez, unos pocos globos, patatas fritas y chuches. ¡Cómo no! Esas gominolas plásticas pero riquísimas evidentemente, aunque yo, retrotrayéndome a mi propia infancia bien las sustituiría por unos buenos sugus multicolores.

La música de fondo será Winnie the Pooh, Winnie the Pooh tan rellenito ... Winnie the Pooh, Winnie the Pooh ...

Recomendable: DVD de Pooh “Una navidad para dar”.