Thursday, December 11, 2008

Disfrazado de Sabina

alguien canta en el salón de actos del sitio donde trabajo una canción.
Hay muchos aficionados a cantar, a ensayar ... hasta en los túneles de los metros. Pero ... en un hospital? Sí, señor. También.

Cuántas cosas suceden en el trabajo. Ves a médicos y enfermeros trabajando para salvar o mejorar vidas día a día; descuadra un poco verlos cantar, bailar. Pero lo hacen y hay que entender que "les sobren los motivos": Festejan, 15 años de servicio, de vocación y deciden bailar, cantar... y ensayar para que salga bonito. Para que sea una fiesta. Especial: de 15 años

Ayer alguien cantaba, muy afinado la verdad.

"Y sin embargo...

De sobra sabes que la primera,
que no miento si juro que daría
por ti la vida entera,
por ti la vida entera

Y sin embargo un rato cada día
Ya ves, te engañaría con cualquiera
Te cambiaría por cualquiera

Ni tan arrepentido ni encantado
de haberte conocido lo confieso
Tú que tanto has besado,
tú que me has enseñado

Sabes mejor que yo
que hasta los huesos
sólo calan los besos que no has dado
Los labios del pecado

Porque una casa sin ti es una emboscada
Un pasillo de un tren de madrugada
Un laberinto sin luz ni vino tinto
Un velo de alquitrán en la mirada

Y me envenenan los besos que voy dando
Y sin embargo cuando duermo sin ti
contigo sueño
Y con todas si duermes a mi lado

Y si te vas me voy por los tejados como un gato sin dueño
perdido en el pañuelo de amarguras
que empaña sin mancharla tu hermosura

No debería contarlo y sin embargo
cuando pido la llave de un hotel
y a medianoche encargo un buen champagne frances

Y cena con velitas para dos
Siempre es con otra, amor
Nunca contigo, bien sabes lo que digo

Porque una casa sin ti es una oficina
Un teléfono ardiendo en la cabina
Una palmera en el museo de cera
Un éxodo de oscuras golondrinas

Y me envenenan los besos que voy dando
Y sin embargo cuando duermo sin ti contigo sueño
Y con todas si duermes a mi lado

Y si te vas me voy por los tejados
Como un gato sin dueño
perdido en el pañuelo de amargura
que empaña sin mancharla tu hermosura

Y cuando vuelves hay fiesta en la cocina
Y baile sin orquesta y ramos de rosas con espinas
Pero dos no es igual que uno más uno

Y el lunes al cafe del desayuno
Vuelve la guerra fría
Y al cielo de tu boca el purgatorio
Y al dormitorio el pan de cada día "

Mucho 2009

Siempre dije que me encantaría trabajar alguna vez para Coca-Cola. Y para Repsol YPF.
Y en un hotel.

Me encaaaantan los hoteles.
Hace poco estuve hospedada en uno, unas manos "invisibles" me lo permitieron.
Al irme se me ocurrió dejar una tarjeta de agradecimiento. En la vida hay una cadena increíble de movimientos "invisibles". Y hay cosas que me gusta agradecer porque así lo siento; o lo necesito. Es gratitud, nunca egoísmo.

Yo ya mandé mi primera tarjeta de Navidad, y supongo que por los tiempos del correo ya habrá llegado. Seguro que sí.

Yo hoy recibí la primera. Bonita e inesperada. Del Director del Hotel.
Una manera de devolver mis "gracias". Una balanza de dar y recibir.

La miro y me resulta toda ella curiosa. Dice en muchos idiomas solamente una palabra:"MUCHO".

Paso a paso, peldaño a peldaño

Sucede todos los días. De lunes a viernes.
En unas escaleras.
Entre las 07:57 y las 08:04 AM. Con más o menos prisas.

Me mira, me coge la mano, aprieta fuerte - es de las que aprieta fuerte cuando da la mano, como yo, y como me gusta a mí que se haga al dar la mano-.

Me pregunto cada día: Con esa fuerza innata, que sale de bien dentro, si no es acaso ella la que me coge a mí para darme fuerza para subir esas escaleras del cole cada mañana, y la cuesta de cada día.

No soy yo la que coge. No es mi fuerza. Es la suya.
Esas son las cosas que no se han de negar ante el tribunal de la vida. Nunca.

Wednesday, December 10, 2008

Hemisferios distintos, un mismo dolor

Recuerdo que era 10 de diciembre de 1990. Era verano en Argentina. Las navidades estaban cerca, y yo estuve unos cuantos días en familia dentro de un hospital.

Más recuerdo que él olía a tabaco, siempre. Su chaqueta de punto, su barba cortada, su frente, sus entradas, su "pelada", sus manos. Todo él olía a tabaco. Siempre.

Nos dijo adiós mientras dormíamos. Hacía calor. Era bien temprano por la mañana cuando nos avisaron por teléfono.
Fue un camino duro, en taxi, hasta el hospital.
Recuerdo los abrazos de mis hermanos. Y los ojos verdes de mi madre.

Yo tenía veinte años, cumplidos hacía unos pocos meses. Pero internamente tenía diecinueve. (Recuerdo que siempre he dicho que mi papá murió cuando yo tenía diecinueve). Tal vez algún día entienda esa rara sensación.

Hoy le recuerdo. Como casi todos los días.
Hoy llevo puesto el anillo con el que "pidió" a mi mamá. En Argentina no se llama anillo de pedida, y él se lo regaló no se cuántos años después de estar juntos.

Tuesday, December 09, 2008

De pie frente a mí

Me mira, lo miro. De momento me hace compañía.
Lo han traído de incógnito esta mañana y lo han intentado dejar pero no, debía ser una entrega personal; y yo hoy llegaba más tarde.

Hace dos horas han vuelto a cumplir el cometido. Y lo han logrado. Eficiencia profesional de esas empresas que se ocupan de entregar en tiempo y forma. Y respetan las entregas, claro está, tanto sean anónimas o con nombre y apellido.


Está de frente. Inmóvil y erguido, intentando agradar. Lo han puesto ahí, y él no se rinde. Aunque pensándolo bien le faltaría sonreír.
Lo miro, y él, callado y discreto, me mira. Espera...

La pregunta me la hago yo, vuelvo a mirarlo y ahora se la hago a él porque no deja de ser un ser vivo: - "qué he de hacer contigo, qué voy a hacer contigo?"

Es esbelto, natural, bonito. Pero ha llegado a un mal sitio.

(A mí no me gusta la Navidad y no soy de las que arma árboles para celebrarlo. Para enviar buenos deseos me valgo desde hace años del envío de "Christmas". Es un acto de bondad, de esfuerzo por intentar que en el mes de diciembre, que desde que perdí la infancia el día que perdí a mi padre - mañana hará exactamente la cantidad de años que tenía cuando él me dejó - nunca ha sido especial para mí. No obstante creo que con las postales he conseguido algo: que salga algo bueno de mi alma intentando llegar a los de los demás. Con mis palabras y en manuscrito. A veces con tarjeta de visita dentro, otras veces sin ella, según cuan personal o profesional sea el envío).

Hace ya media hora que evito mirarle... para no tener que pedirle perdón por lo que haré. El servicio de jardinería mañana le buscará un sitio, un pie y unos adornos. He dado tantas precisas como limitadas instrucciones: que quede natural porque lo es..
Supongo que algunos dirán ¡qué bonito!. A otros, si hacen un buen trabajo, a lo mejor se les corta un poco la respiración al mirarlo.(La verdad es que es un abeto precioso).


Ah! A los mensajeros les he dicho Feliz Navidad, Gracias y les he estrechado la mano.
No les he podido sonreír. Lo siento chicos ...