A veces la vida nos premia con cosas o personas inesperadas. Las conoces y "algo" te cambia.
Pero la vida te las presta por tiempo determinado, en unas coordenadas precisas y te exige que vivas esas situaciones al máximo; sencillamente porque el calendario se pasa de días en días y es cierta "la relatividad del tiempo" pero es también verdadero que veinticuatro horas son apenas esa cantidad de horas: dos docenas de horas que se levantan cada nuevo día.
Hace años me "castigaron" enviándome a un destino donde alguien no había dado la talla; y me enviaron a mí, "under presure". Un país remoto, una ciudad desconocida y peligrosa, un proyecto complicado. Yo empezaba una historia con una persona y "necesitaba" quedarme en mis coordenadas. Pero "el trabajo es 90% obligación y el resto, imaginación" así que, a pesar de tener unos billetes escondidos en el piso de la calle Pacheco de Melo, en Buenos Aires, que debían ser buscados el día D mi cumpleaños - mañana hará de eso 17 años - ese viaje me quedó entre los pendientes; y al final fueron dos los viajes pendientes, porque la "luna de miel" con esa persona tuvo un cambio de coordenadas inesperadas en el last-minute.
No pasa nada. Si hay que conocer esos lugares, sé que viajaré. No importa "cómo ni cuándo"; esa es una de mis premisas. La otra premisa que ya sabéis es la bandera de mi "Keep walking".
Y un día 10 de septiembre de 1998 llegué a Caracas. Y gestioné el proyecto complicado, la ciudad peligrosa. Y sucedieron cosas tan jodidas como:
- Intentar infructuosamente bailar salsa (Lo siento, Venezuela); pero aprender merengue (Gracias Colombia!)
- Dejar a un lado al gin-tonic (Con Schweppes por favor, graciassssss), y beber " a palo seco" whisky del "malo". (Puaj)
- Hacer muchos strikes completos y dejarme las uñas postizas en los salones de bowling. (Me estrené en salones de belleza y visitas obligadas los viernes al salir)
- Conducir un coche nuevo de un nuevo amigo que no sabía "pasar las marchas"; hacer trabajo en equipo: él a los pedales y la "copi" pasando las marchas. Ains con los coches automáticos.
- Contar las estrellas tumbada boca arriba en la pista de aterrizaje del mini aeropuerto de Los Roques. Unforgettable sensation. Many Thanks !
- El resto de sensaciones ... imposible de describir.
"Y bailar pegados es bailar, como baila el mar bajo las olas ...", bailar con todos los consultores la noche de mi despedida.
Eso sucedió hace muchos años, en plena época electoral del año 1998. Y muchos temían que no volviera porque la cosa se volviera "aún más peligrosa".
- ¿Peligrosaaaa? -
Pero si LA peligrosa resulté ser yo, que ahora se me acaba de ocurrir que no podemos, ¡ni debemos ! llegar a los 20 años sin vernos, y aunque para el reencuentro de los amigos latinoamericanos desplazados en la ciudad peligrosa, en el país difícil, en el proyecto complicado ... yo me pido ¡ Los Roques!, ellos se piden:
- Aruba porque "In Aruba never rain"
- Bogotá porque "allí la rumba es buena"
- Una isla del Caribe, la que sea, porque se puede charlar, beber y no dormir frente al mar
- NY porque esa ciudad es después de la mía - ¡ Cómo te extraño Buenos Aires ! - la ciudad que nunca duerme
Será, será, será ... Dónde será, ¿qué más nos da?
NO importa cómo, cuándo ni dónde. Importa el porqué y con quién/es.
El qué? Por supuesto. El qué es que ... "Hay que tener mucho cuidado con las ciudades peligrosas, los proyectos complicados y los culos inquietos de los consultores".
¡Gracias, Unión"P"enosa! por castigarme. Ha sido un placer.
Nota: Yo no gestionaba el módulo del R/3 de SAP de Tesoreríaaaaaaaaa. Ah ah ah !!!! Cuánto nos costará ese puente para el reencuentro latino?
- ¡Que vivan las coordenadas!
