Tuesday, August 26, 2008

Días de playa

El otro día recordaba, ignoro por qué, que alguna vez me dijeron que "pareja" viene de "par". Obvio porque es el prefijo y muchas veces pensé que la pareja para la vida debía ser el prefijo y el sufijo.
Muchas veces imaginé que de "a par" se camina en la playa, se mira una puesta de sol, se lee un libro - aunque no a la vez sino bajo la contraseña "cuando lo acabo te lo presto". Pensé, pensé, pensé pero pocas veces hice esas cosas. Demasiado pocas, o incluso tarde.
Hoy me doy cuenta que a pesar de los "pre" y los "su" en la vida no hay cosas fijas.
Y que es muy doloroso aprender a vivir con esas sensaciones.

Un amigo llama a algunas cosas "señas de identidad" para denominar a qué es lo que une a las parejas.
Un ring y corta cuando ella llega a trabajar, para que él se entere que está sana y salva, después de 80 km de carretera . Para otras que el primer gin tonic de la noche se lo pida él.
Tradiciones.

Nadie me dijo cuando el amor cambia de formas y muta a cariño, a ternura pero que cuando ya no hay pareja dónde van a parar esas señas ni por qué uno se siente perdido, sin rumbo...
Un cobarde simplificador de las relaciones humanas decía el otro día en la playa una tremenda estupidez: que la pasión muere al tercer año y que eso es ¿culpa? de todos los fracasos. Me tocó escucharlo. Me pregunté por qué no pasaba justo una moto de agua para impedírmelo.
Me hubiera gustado gritarle ¡embustero! pero se me hizo un nudo en la garganta.