No se trata de cualquiera. Su ingesta - o no - lleva asociado muchas cosas. Las campanadas, los nervios, los deseos de que "todo irá bien" si no te atragantas.
Ritos? Superstición?
Este año no las voy a tomar. Porque tengo ganas de que el 2009 sea fantástico, genial, lleno de buenas intenciones de corazón y porque no quiero echarle la culpa a atragantarme o no, si no a mis intenciones y acciones.
Como dice Saramago en un artículo que Ángel me ha dado: ser feliz es nada más, y nada menos, que estar en paz con uno mismo y evitar hacer daño a la gente, ser consciente de pretender hacer el bien. He guardado el artículo del periódico escrito por Saramago dentro de un libro, para que sea encontrado en algún momento sin pensarlo; quién sabe cuándo y por quién?
Por un 2009 lleno de buenas intenciones y con corazón, aunque sin uvas, brindaré para que así sea.