Monday, January 22, 2007

Diferencias de a dos

Supongo que cada pareja es única e irrepetible. Y que como tal, la unen gestos únicos e irrepetibles.
Supongo también que algunos de ellos son inconscientes, o que con el tiempo han resultado repetitivos y se han vuelto imperceptibles estando dentro del par de dos, pero imagino que alguna vez habrán surgido de la espontaneidad. O de la casualidad, por qué no?

El hecho es que desde la avería ando sin coche, mi propio coche. Y así seguiré hasta nuevo aviso del seguro, del concesionario, o quién sabe de quién.
La cosa es que desde hace unas semanas yo voy de "okupa" en el auto de un compañero. Y no se si es porque voy especialmente dormida cada mañana en esos viajes, mientras él conduce o porque no tiene que ver con mi relación, pero inevitablemente cada mañana me sorprendo cuando en su teléfono suena una llamada perdida, y cortan.

Yo debo poner cara de "¿otra vez una llamada equivocada?"; porque escucho a mi compañero que entre paciente y resignado me dice - Es "A", que ya ha llegado a su trabajo. Sana y salva, después de la carretera ...

No se si es porque los que nos sometemos a más de 50 kilómetros de carretera a diario sabemos del peligro al que cada día nos enfrentamos casi sin quererlo reconocer, o por simple tradición de la pareja.
A lo mejor es una mezcla de un poco de cada cosa. Pero yo sigo sosteniendo que eso es parte de una historia de a dos, y que todos debemos tener esos gestos únicos e irrepetibles que nos hacen ser dos. Dos "así", pero no "asá". Aunque no se si acaso nos damos cuenta, o sabríamos identificarlos sin tener un co-piloto que nos los haga recordar cotidianamente.

2 comments:

Golfo said...

La de cosas que se contruyen con una pareja, constumbres, complicidades, pequeñas estructuras que levantan el coloso cotidiano de quererse.
La de cosas que se abandonan al romper una pareja, la de costumbres, complicidades, pequeñas estructuras que no se destruyen sino se le quedan a uno dentro como casas abandonadas.

Anonymous said...

Desde hace dos semanas tengo una “okupa” en el coche. Antes la Okupación era una muestra de rebeldía, un movimiento donde jóvenes idealistas, transformaban un viejo, sucio y destartalado edificio en un lugar habitable, cultural y alternativo.

Ahora una persona por habitar un piso sin ser propietario o arrendatario, ya son ocupas. Es curioso, repites varias veces de forma inadecuada/premeditada un término en la prensa, y te cargas un movimiento social.

Bueno a lo que íbamos, tengo una okupa en el coche. Es de las buenas: le quita años, de parecer viejo y sucio cada vez ésta más lozano. Además, como por arte de magia cada día aparece un nuevo producto de limpieza en su maletero. Es fantástico.

La okupa ha dado un paso más y da consejos: “Con el limpiaparabrisas, y éste papel… los cristales…” Es genial lo deja caer, con pocas esperanzas, pero lo intenta. Asume su papel de okupa. Es divertido, muestra que le ha tomado cariño, y que a los amigos hay que aguantarles como son, aunque nos subamos por las paredes con nuestras propias manías.

Cuando la okupa nos deje, la echaremos de menos. Los ácaros montarán una fiesta salvaje; y mi pobre coche volverá a estar sucio y viejo recordando ese inesperado instante de juventud.