Friday, April 25, 2008

desayuno

o ... "Marlboro Box"


Absolutamente de acuerdo: Cada vez somos más modernos pero ... ¿avanzamos o retrocedemos?. Me explicaré: Tenemos coches modernos con chiches tecnológicos incorporados (Bluetooth, compartimento para 6 cds, GPS), teléfonos super equipados (cámaras de fotos, sudokus, brain-trainers, localizadores, alarmas programadas para cada día de la semana, auriculares que nos conectan/desconectan automáticamente la radio cuando nos llaman).

Todos hemos probado esa “drogomanía” del envío y la recepción de SMS con siglas indescifrables porque impera el mandato de que obviemos las vocales.

Sigo? que si MP3, MP4, tu IPOD o mi I-Pack, tu BlackBerry, mi Palm-Pilot ... No hacen falta más ejemplos porque mi abuela decía que para muestra bastaba un botón.


Vivimos saturados por los medios: Intranets, Internet, teléfono fijo con voz sobre IP, emails. Tanta modernidad nos acerca a la mediocridad, y con o sin radio UHF en ese barco vamos todos. Nos gustan cada vez más los vientos de cambio pero asistimos anestesiadamente a la tormenta, incapaces de maniobrar las velas sin evitar que el agua nos salpique, nos empape, nos... ¿ahogue?

No nos esperan buenos puertos porque usamos todos esos medios cada vez más lejos de los fines: las palabras que naveguen de alma a alma.


Antes nos conocíamos, nos apretábamos la mano, un beso si era allá, dos besos por acá, tres del otro lado de la frontera...

Ahora se dan citas electrónicas unas tarjetas de visita con coordenadas arroba (@), a doble cara y en un cutre spanglish.




Antes había un “Hola, soy CC, y vos?” pero claro… ¿cómo no se me ocurrió?... entonces no teníamos una dirección de correo electrónico, mucho menos dos, ni tres.


Antes éramos más precarios pero un poquitito más originales. Eran otras épocas, lo se. A veces a ratos nos sabemos un poco viejos y sentimos que en los 90´s "éramos tan jóvenes", aunque no tan modernos. Entonces nos mirábamos a los ojos, nos apretábamos las manos en vez de utilizarlas para escribir a la velocidad de la luz y sin mirar la tecla verde del “Send” disparar los SMS cotidianos que se que vos también mandás incluso adornados con emoticonos: J


Esta mañana en el coche reía sola recordando que salíamos viernes y sábados, ligábamos en el mejor de los casos – aunque a veces, a toro pasado resultara ser la peor de las posibilidades – no existían los celulares pero al final de la noche había un instante mágico, entre altavoces, copas y mucho humo: correr a la barra para arrasar con el único “boli BIC” y anotar el teléfono en ¿una servilleta?.


Anoche ordenaba cajones intentando tirar “porquerías” y de pronto por la espalda me abrazaron imágenes de mis veinte años (Aunque Quino sugiriera que “20 años no son nada”). Dentro de una caja “intocable” encontré, en un paquete aplastado de Marlboro un trazo firme y una leyenda osada: “Lunes 7 PM - Biblioteca Económicas; arriba, rincón incunables”.



No hubo tal cita. No supimos siquiera si teníamos teléfonos en nuestras casas, pero precisamente fue ese cigarrillo que nunca nos fumamos juntos el que hoy se disfrazó de musa suplicándome que desconectara el móvil para contarte esta historia.

Buenas noches zzzzzzzz