Tuesday, June 10, 2008

Paseos nocturnos

Durante 6 días 58 pasos me separaban de una habitación donde se guardaba el tesoro de mi vida y el control de enfermería
A lo largo de un corredor, 58 pasos pausados a la fuerza por las reglas de apenas dos palabras “Silencio, Hospital”.

Unos pocos pasos que en estos días daba igual si se daban sobre tacones altos o bajos. O sin ellos.

Unos cuantos pasos obligados de realizar para pedir gasas, sábanas o toallas limpias, empapadores, agua o simplemente avisar que las dosis de antibiótico o de suero se habían acabado.

De un lado el contacto con la Enfermería, del otro el contacto con la vida. Vida de tu propia vida.

Nunca me importó andar descalza, siquiera una noche en el hospital.
A veces no importa estar desnuda, ni de cuerpo ni de piel. A veces es vital abrigar el alma de quienes quieres y descalzarse puede ser un medio que una vez más justifique el fin.

Hay días en que la vida se rige por reglas como “Silencio Hospital” y algunas excepciones notables. En todo sentido.

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