Friday, December 02, 2005

Trapitos al sol

(La imagen está en la cámara digital pero no la puedo descargar porque no tengo el cable USB a mano. Lo siento).


No está bien sacarnos los trapitos al sol. Claro, porque hoy llueve.
Y en una casa sin balcón o terraza, la verdad es poco probable poder sacarlos fuera. Más bien están dentro, colgados en el tender improvisado de nuestro baño.
Uno al lado del otro: tu jersey rojo pulóver), el mío celeste grisáceo (perdón Ale, pero a veces uso prendas celestes ;- )) .

Estos últimos días una serie de acontecimientos me han hecho pensar varias cosas.
El día más feliz de la vida de uno puede tener diversas formas, colores, sabores.
Y no necesariamente tiene que ser el día del nacimiento de alguien. Ni siquiera el de tu primera hija.
Sencillamente porque una está en el limbo, y con escasa posibilidad de incorporar nada.

El día más feliz de tu vida puede ser hace un mes, una semana, dos o tres días.
Puede ser el día en que esa experiencia de ser madre, porque vos sos hija, va tomando forma en tu cabeza, en tu mente, en tu corazón.
Cuando uno intenta mostrarte cosas, enseñarte cosas. Razonarte, a veces.
Y que vos con tu carácter tan ... ¿Escorpio? porque sí o porque no te empeñés en asimilarlo, o rechazarlo.


Para empezar vamos a decir que hoy no tengo un buen día. Por muchos motivos que no vienen a cuento describir acá, porque así lo dispongo. No es el fuero en el que quiero volcarlos. (Tal vez mejor con mi almohada, o contra ella).
La que no tiene buena tarde sos vos.
Te despertaste de la siesta mal. Y una maldita pizarra doble de Imaginarium, en la que de un lado se escribe con tizas de colores y del otro con un boli de los que no son indelebles, la hemos tenido.
Una pequeña riña que empezó intentándote hacer razonar que con las tizas en la pizarra blanca no es tan perjudicial como con el boli en la pizarra verde.
En fin: intenté que acabara diciéndote "- a tu cuarto, a la cama castigada". Intentaste escalarla diciendo "- castigada yo? no; tú sí, por mala".
Acabó con que te, y me, vomitaras encima ... y estrenaras de una forma original un jersey rojo que te regalaron para tu cumple.
Yacen juntos, colgados haciendo pis en la bañera, según dices, uno al ladito del otro.
Como nosotras dos, en la cama de mamá y papá. Y a los besos y abrazos y con lágrimas de las que no son de cocodrilo ... snif.

Ellos, no lo se. Los jerseys, digo. Si aplican o no dosis de cariño.
A lo mejor se abrazan pero ¡mejor no! que sino irán juntos al proceso de antimanchas, post consulta a la abuela paterna.
¿No se los dije aún? Atiende hasta llamadas internacionales para dar recetas infalibles quitamanchas. Así la hemos bautizado.





Esta tarde

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