Monday, October 13, 2008

Sobre lo espontáneo y/o ... lo racional

Con todo mi cariño a mi amiga Ch., de quien cuando conocí su nombre me resultó tan raro como con el tiempo este cariño que se ha ido forjando sin querer pero sin dejar de alimentar.

Sobre cómo actuar... si espontánea o racionalmente. El río viaja, no deja de fluir nunca... ¡Qué suerte tiene que no tiene capacidad para preguntarse cómo ni por qué lo hace"... Libre albedrío le dicen ... madre mía! Es verdaderamente libre? o esclavo?



El ciempiés bailarín del libro: "La vida viene a cuento" de Jaume Soler y María Mercè Conangla (Edit. Integral)

Había una vez un ciempiés que era un gran bailarín. Cuando bailaba todos los animales se reunían para admirarlo porque su habilidad era impresionante. Pero había uno de los animales al que no le gustaba que el ciempiés bailase. Era el sapo.

El sapo envidiaba al ciempiés. Así que pensó qué podía hacer para que éste dejara de bailar y, evidentemente, no generara tanta admiración. Una posibilidad habría sido decirle al ciempiés que no le gustaba su danza o que él bailaba mucho mejor. Pero nada de esto era cierto. Así que invirtió su energía en preparar un plan diabólico. Después de pensar la mejor estrategia para conseguirlo, mandó por correo la siguiente carta al ciempiés:

- ¡Ah, incomparable ciempiés! Soy un gran admirador de tu danza refinada. Me gustaría que me enseñases a bailar. ¿Levantas primero el pie izquierdo número 28 y a continuación el pie derecho número 91? O bien ¿empiezas levantando el pie izquierdo número 17 y antes de levantar el pie izquierdo número 91?. Espero impaciente tu respuesta. Te saluda, atentamente, el sapo.

Cuando el ciempiés leyó la carta, empezó a pensar qué era exactamente lo que hacía cuando bailaba. ¿Qué pierna levantaba primero? ¿Cuál después?.
¿Y que creéis que sucedió? Pues que el ciempiés no volvió a bailar jamás porque esto es exactamente lo que pasa cuando la imaginación y la espontaneidad son ahogadas por la racionalización y el exceso de control. "

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