Si el vaso tubo que está sobre mi escritorio hablara ... ¿me contestaría acaso cuántas veces la gente que pasa por mi despacho me pregunta de dónde es esa arena?
La gente se pregunta, y se auto-responde : V, ¿es del Caribe? Nooo. ¿De Argentina? Menos ... ¿De tus vecinos los de enfrente (Uruguay)? Frío ... De Andalucía? Tibio ...
Sólo ella y yo sabemos que es arena gaditana, de Zahara de los Atunes, de la esquinita de "El Clandestino" donde mis ojos han visto, de momento, las mejores puestas de sol que tengo en mente ...
Hoy ha pasado gente nueva por aquí, - y también gente de todos los días - pero hoy ella ha sido más ¿visible? a la gente ¿sensible? y hoy después de ¡meses! ha sido acariciada por mí. (Sin previo aviso, como quien no quiere la cosa ...).
Relaja ... te lo prometo. ¿Has probado para esos días malos (para los que ayer recomendaba los amaneceres) dejar pasar y escurrirse un poco de arena entre tus manos? Ni jardines zen comprados ni historias. Intentalo y me cuentas ...
(Creo que esta arena no ha llegado a mi escritorio por casualidad y lleva más de un año aquí conmigo).
El finde iré a Madrid ... ya lo se, mis chatas queridas pedirán arena .... pero no llevaré la de Zahara ... se darán cuenta? Creo que sí porque la cita anual en esas playas sigue siendo una cita de amigas y de sensaciones al sol.
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