Tuesday, November 22, 2005

Si me agararra o agarrase Freud …


Suerte que está lejos de mí, por lo menos físicamente hablando. Y como he de pagar la módica suma de aprox. unos 60 euritos para una sesión recostada en un diván, como que por ahora no da. Con la paga extra de diciembre, si acaso, veremos.

Anoche tuve un sueño.
Y me desperté de un buen rollo que no veas.
Sólo que luego, conforme me iba despertando y saliendo del plácido estado de duermevela, algunas cosas arruinaron la plácida sensación: la tos productiva que me persigue desde hace días, el dolor de la hernia y unos calcetines fuera de lugar …

En realidad llevo dudando desde esta mañana si compartirlo con ustedes, mis lector@s, o no.
Y bueno … acá vamos.

A ver cómo lo pongo en palabras:
Soñé que era yo, pero no era yo. La “yo” que se esconde y se protege detrás de este ANyRV. Mejor dicho, la del reverso de este anverso.
Era rubia, de pelo largo (más largo que en la realidad, aunque en este mundo terrenal me tocó en gracia ser morena. Sí ya se que muchos saben que mi sueño estúpido era ser rubita de ojos claros, pero no, soy morena de ojos marrones. Más bien "estándar" como dice un viejo amigo del nuevo mundo.)
Estaba casada, y tenía dos hijas.
Todavía me falta, en este tiempo y espacio volver a procrear y a dar a luz. (Espero que la próxima vez sea con epidural y sin estar completamente dormida).
Supongo que mi próximo hijo también será nena, pero es historia para otro post la del porqué.

Lo curioso es que yo no era yo, tal como soy físicamente.
Él, mi marido, no era él. ¿Y cómo es "él" en la realidad? Casi tan guapo como Sean Penn. (By the way, una vez una amiga me preguntó que en el supuesto caso de que en la vida no me tocara despertar al lado de mi media naranja – bueno, en otros términos, pero ésa era la idea - al lado de quién me gustaría despertar. Respondí sin dudar un instante: "- Al lado de Penn. Me encanta …" Ella decía: “No, en serio …” y yo asentía una vez más “- De verdad, al lado de Sean”.Creo que aún no me cree. O la vida me lo cambia por Sean o seguimos juntos por siempre jamás).

El punto es que yo no era yo; él no era él. Ni las nenas, las nenas. (Una es de carne y hueso; y mitad ángel ¿para qué negarlo? La otra, casi puedo imaginar cómo podrá ser nuestra próxima hija …).
Vivíamos en otras coordenadas, en una casa grande con jardín. ¡Y perros! Había dos perros.

Me despertaba de una noche romántica, donde todo había sido especialmente preparado a ese efecto. Supongo que sería una fecha especial, un aniversario o algo parecido.
Levantaba unas persianas del cuarto del romance y salía corriendo a una reunión después de vestirme para la ocasión. Llegaba tarde, como llego siempre a todos lados.
Al despedirnos, él sonreía. Cada cual se iba en un coche diferente, cada cual a su actividad.

Cuando entraba en mi reunión una persona me decía: “- Por cierto, me enteré en una cena anoche… no sabía que tu marido se dedicaba a los derechos humanos. Nunca nos lo habías dicho”.

Me desperté.

De pronto me puse a pensar en una canción de Los secretos que dice “ hoy he soñado en otra vida, en otro mundo … pero a tu lado”.




3 comments:

C* said...

Hacemos una vaquita!
Pero de verdad, decime, a quién te gustaría encontrar al otro lado de la cama al despertar? :P

alderechoyrevessiempreyo said...

Yo ya contesté. La que nunca se mojó en decirlo sos vos... Te dejo, llora mi hija. Siesta over. Bye

Anonymous said...

Raras preguntas se hace la gente... Yo nunca me pregunté junto a quién me quisiera depertar.
Y, pensándolo, tampoco tengo respuesta... Pero puedo decir, que me gustaría despertarme y seguir siendo yo. (Verbigracia) Kafka y sus terrores.