Thursday, November 24, 2005

Yingl bel


o sea: Navidad a las puertas.

Hace años me emocionaba salir un día de trabajar, mejor dicho, noche y ver de pronto la Castellana iluminada. Con las lucecitas blancas de rigor que anunciaban: Diciembre ya está aquí, y la Navidad casi casi.

No es que se me haya hecho costumbre, dicen por ahí que “costumbres hacen leyes” – sí, lo dijo Luis del Olmo el otro día, no es mío – sino que cada año tengo la extraña sensación de que nos “navideñan” cada vez antes.
Nos invitan a comprar, comprar, comprar; consumir, consumir, consumir todo el tiempo. Y están haciendo eso con la Navidad.

Alguna vez incluso advertí que ni siquiera sacan ya las lucecitas de un año a otro. En los supermercados las dejan colgadas en las marquesinas de un año a otro. Sólo las apagan; más les vale, no?


Noviembre se ha convertido en sinónimo de Navidad.
Eso no tiene gracia.

Si lo mágico (y dale con la magia …) de diciembre y la Navidad es que la ciudad, y hasta la gente, sufren un proceso de metamorfosis que lo hace todo más agradable.

De pronto es como si por 10 a 15 días la gente fuese más linda por dentro, más buena, más ilusa, más niñ@s. Pero históricamente eso era en diciembre.
Lástima que después vuelve todo a la normalidad. La gente se agria justo justo un día después de que pasen los Reyes.
No importa cuánto se adelante. El proceso de vuelta atrás es casi automático, y sin calendarios.

Pero si nos adelantamos, pierde la gracia.
Aunque parece contagioso.

Tengo que confesarlo: Yo ya estoy en modo Christmas.
En casa ya hay 3 calcetines colgados de las puertas. Sólo que nuestra hija dice “zapatos”. No hay forma de hacerle entender que son “saquetines”. ¡Qué le vamos a hacer!. Se ha empeñado en que son zapatos, y a una Escorpio es un poco difícil que una Virgo le gane una pulseada.

Mirá vos, che, que ya estoy empezando a dudar y todo: , ¿serán zapatos?

En cuanto a emocionarme por las lucecitas blancas, más adelante lo veremos …

4 comments:

C* said...

yo no sé... hubo años en que odié navidades... aprendí a quererlas más desde que tengo una hija, pero por seguro, este afán consumista, apexxta un poco... aunque yo tb y tengo colgado algún adorno de Christmas already...

Anonymous said...

Tienes razón: noviembre no es Navidad.
A mí tradicionalmente no me gustan las navidades, pero hay que pasarlas. Con los niños se vive de otra manera, pero aún así me pongo triste. Cuanto menos duren, mejor.
Las luces, las compras, las comidas y cenas no me hacen ninguna gracia. Parece que tienes que ver a todos (amigos y familia) a toda prisa, como si el mundo se fuera a terminar. Y tienes que regalar a todos sin ton ni son, cuando es mejor hacerlo en cualquier otro momento del año, porque sí.
Anímate que todos los años son iguales y sobrevivimos
Besos

Anonymous said...

Es cierto... cada año empezamos antes. Como nos descuidemos, en julio empezaremos a aprovisionarnos de turrón en vez de comer helados...
Es lo malo de haber convertido las navidades en una fiesta de celebración del consumismo de cada uno.... en fin.
Besos

Anonymous said...

por que no dejas el mundo de ... (tu trabajo) y te dedicas a la literatura? Suerte con los zapatos ...